Concéntrate cada minuto como un Romano – como un hombre – al momento de hacer lo que tienes frente a ti, con precisión y genuina seriedad, con ternura, de buena gana, con justicia. Liberándote de toda distracción. Sí, tu puedes – si haces todo como si fuese lo último que harás en tu vida, dejando de andar sin rumbo, dejando de dejar que tus emociones invaliden lo que tu mente te dicta, dejando de ser un hipócrita, egocéntrico, irritable.
¿Ves las pocas cosas que tienes que hacer para vivir una vida satisfactoria y respetuosa?
Si puedes lograr esto, sería lo único que los dioses pudieran llegar a pedirte.
– Marco Aurelio